El
cáncer es una enfermedad que se ha vuelto rosa, y claro se trata de una
metáfora para decir, que somos las mujeres las más vulnerables a varios tipos
de cáncer asociados a nuestro género, que representan causa de muerte para
muchas de nuestras congéneres. Tal es el caso del cáncer de mama, que si bien
hay hombres que pueden padecerlo, la proporción es mínima, comparado con el muy
alto número de mujeres que desafortunadamente hoy lo padecen.
Antes se
pensaba que el cáncer de mama solo le daba a mujeres mayores de 40 años, que
era producto del tabaquismo, de la mala suerte o del descuido. La verdad es que
hoy sabemos que el simple hecho de ser mujer es un riesgo y que nos toca a
todas estar al pendiente de nuestra salud y muy particularmente de la
autoexploración mamaria para conocer nuestro cuerpo y sus cambios.
Tocarse
resulta para algunas mujeres un tabú y esto ha dificultado la detección
temprana en muchos casos, así como la desidia de aquellas que ponen en último
lugar su salud y las consultas médicas, dándole prioridad a los hijos, el
trabajo, la pareja, la limpieza de la casa, etc, etc.
Hay que
decir que, por otro lado, ha habido muchos casos en que mujeres que sí se tocan
continuamente y acuden a sus médicos, han logrado ser ellas las que advierten
qué algo anda mal, y a pesar de las negativas del propio médico respecto a un
posible cáncer, su autoconocimiento y sentido común les ha permitido recibir
tratamiento oportuno y salir airosas de esta dolorosa experiencia.
Un tema
que también resulta difícil para aquellas que por fortuna han salvado la vida
pero fueron mastectomizadas, es la pérdida de sus senos. La mayoría de ellas se
sienten mutiladas en su propia feminidad y por increíble que parezca, hay hombres
que siendo sus parejas, que no se quedan para apoyarlas y acompañarlas en este
difícil proceso. Es este uno de los duelos más tristes, ya que se pierde, no
solo uno o dos senos, sino también la confianza.
Autor Desconocido |
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Si bien
el cáncer no se puede evitar, si se puede prevenir y/o detectar oportunamente;
para ello hay que mantener un saludable estilo de vida que incluya alimentación
sana, ejercicio, no tabaco, poco alcohol, pensamientos positivos, autoexploración
mensual y visitas al médico por lo menos una vez al año. Si tienes más de 35
años hacerte la mastografía una vez al año y si tienes antecedentes familiares
de cáncer tener mucho mayor cuidado y comentarlo con tu médico(a).
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