lunes, 29 de septiembre de 2014

AFRODISÍACOS

En el reino de los placeres prohibidos, el sexo y la comida son, sin duda alguna, los más deliciosos, adictivos y necesarios para vivir. El primero es la pulsión de vida que nos permite reproducirnos, poblar el mundo y darle continuidad a la historia de la humanidad. El segundo, la comida, es indispensable para la sobrevivencia; si no nos alimentamos, simplemente morimos.

Autor Desconocido.

Autor Desconocido.
Pero más allá de lo elemental de estas dos actividades, los seres humanos, les hemos dado un sentido mucho más complejo en el que la cultura, las sensaciones y sentimientos, los tiñen de elementos lúdicos y hasta perversos que los hacen más interesantes.

Comer y tener sexo, han formado además una dupla sensacional, una lleva a la otra y en ocasiones ambas parecen lo mismo. Nos comemos a besos, mordemos los labios del otro que saben a miel y  el aroma del cuerpo del ser amado nos remite a los frutos y a las especias más excitantes.

Así las cosas, el sexo empieza a convertirse en un acto delicioso en el que no solo se unen cuerpos por instinto, sino personas, recuerdos, historias, deseos y ganas de agradar y de sentir intensamente al otro. Ahora este acto se trata de hacer el amor.
Y cuando el comer se transforma un acto social y significativo por la convivencia con el otro, dejamos de alimentarnos para entonces degustar, disfrutar y paladear.
Cuando se trata de conquistar y compartir con la persona amada una buena comida se vuelve indispensable y de alguna manera instintiva sabemos que ciertos alimentos o bebidas tendrán un efecto excitante.


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