Ahora
que está tan en boga el tema del bullying en las escuelas y que padres de
familia y autoridades han comenzado a preocuparse por ello, me doy cuenta que
en el terreno de la sexualidad también se lleva a cabo de manera muy
específica.
Para
empezar se considera bullying a las actitudes o acciones de agresión física,
verbal o emocional que se dan entre pares y que lastiman de manera muy profunda
la autoestima y dignidad de la persona agredida. En este fenómeno siempre hay
uno o varios bulleadores y un bulleado y muchas veces quien recibe estas
agresiones no encuentra formas para defenderse ni revela lo que le está pasando
por vergüenza o por miedo a que sus agresores eleven la magnitud de sus ofensas
a manera de venganza.
Imagen de Autor Desconocido |
Generalmente
el bulleador tiene el poder sobre su víctima porque logra convencerlo de que es
poco valioso y que merece de alguna forma ese castigo y es común ver que el
bulleado quiera quedar bien o agradar a su agresor para ser aceptado y querido
por éste. Sin embargo estas actitudes de sumisión lo que hacen por lo regular
es elevar la sensación de poder del victimario.
En
el terreno sexual el bullying se establece de varias formas entre los niños y
adolescentes, y una de las más clásicas es la de denigrar todas aquellas
actitudes que parezcan femeninas, sobre todo cuando se trata de un varón;
frases como “pareces niña”, “vieja el último”, “los hombres no chillan” son
reflejo del machismo y la misoginia en que hemos vivido y que aun no hemos
superado como sociedad. Y qué decir de aquellos niños o niñas que de manera muy
evidente presentan actitudes no concordantes con su género según los
estereotipos, por lo que se les tilda de maricones, putitos, marimachas y una
interminable serie de epítetos que les ofenden y lastiman profundamente. Muchas
veces son los propios padres los que propician estas agresiones e incluso les amenazan
con castigarles si ven que sus hijos se juntan con esos “bichos raros”.
Otra
forma de bullying sexual, muy común en la adolescencia, es aquella en la que se
presiona a los chicos y a las chicas a sostener relaciones sexuales para
pertenecer al grupo y de no llevarlo a cabo será muy difícil que se les acepte
y peor aun, serán rechazados y agredidos constantemente.
Por
el otro lado también está el bullying que sufren aquellas chicas cuya
reputación se pone en duda cuando alguien decide revelar o difundir
información, fotografías o videos en los que ella se muestra con poca ropa,
totalmente desnuda o en situaciones íntimas que la dejan totalmente vulnerable
y desprotegida frente al grupo.
El
Internet y las redes sociales son increíbles armas que pueden hacer un fenómeno
de bullying sexual cibernético en que la mayoría de las veces no hay manera de
salir bien librados.
La
sexualidad toca las áreas más íntimas de nuestro desarrollo como seres humanos
y sufrir bullying de este tipo quebranta profundamente la dignidad e integridad
erótico-afectiva de quienes lo sufren.
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